martes, 25 de mayo de 2010

Entrevista con el coleccionista de arte y filósofo hondureño Edgardo Cáceres (1961)


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Para efectos de la entrevista:
Edgardo Cáceres (EC)
Puertas Adentro (PA)


PA: ¿En Honduras, se puede vivir con filosofía…? Explique.
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EC: El sentido preciso de la pregunta no lo comprendo plenamente. Se puede vivir de la filosofía en cuanto a que la formación filosófica permite el desempeño de diversas actividades laborales independientes de la docencia. También se puede vivir para la filosofía en Honduras ya que el filósofo se puede dedicar al estudio y producción filosófica, así como en la literatura, etc., un ejemplo de ello lo fue Roberto Castillo. En mi caso particular, la expresión “se puede vivir con filosofía en Honduras” implicaría, en primer lugar, definir lo que entendemos por filosofía; pero en un sentido amplio, si no es por la filosofía, mu hubiese sido muy difícil sobrevivir (subjetivamente) en un país tan pobre y complejo como es Honduras.
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PA: ¿Es difícil diferenciar entre sabiduría y erudición? Explique.
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EC: No es difícil. La erudición permite el uso de múltiples y diversos conocimientos; sin embargo, la sabiduría siempre ha estado asociada a lo ético, lo que permite el discernimiento de aquellas situaciones que necesitan ser comprendidas, explicadas, y si es posible, resueltas desde la Ética.
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PA: ¿Cuáles son las propiedades ontológicas de un escritor hondureño?
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EC: Ese lenguaje heideggeriano me causa temor, y tratar de establecer generalidades acerca del escritor hondureño podría conducir a falsos argumentos; de los escritores leídos y conocidos no son muchos los que han sobrepasado el localismo (incluso diría: el provincialismo), y no me refiero estrictamente a la temática, sino al dominio del lenguaje y a todas las características que hacen de una obra literaria algo más allá que una simple publicación).
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PA: ¿Qué pasa con la intuición intelectual de los muy nóveles poetas?
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EC: Lo fenomenológico y lo ontológico son discursos filosóficos que no domino. No desconozco a Husserl ni a Heidegger pero para mí es difícil hablar de los nuevos poetas hondureños desde esos enfoques. Tengo la impresión que al referirse a la falta de ¿introspección? y el desconocimiento del entorno en el cual se podría realizar la misma describe de alguna manera la situación de los nuevos poetas. La falta de lectura, de formación e información, de manejo del idioma, de vivencias o experiencias no tan costumbristas, son inhabilidades que imposibilitan la visión interior que configura una “intuición”. En ese sentido, tal vez, podría hablarse una situación “anti-fenomenológica”. En este país es sorprendente la cantidad de poetas que surgen cada año, y cómo muchos de ellos se las arreglan para publicar. Muchas publicaciones sin mayores méritos, sin análisis, sin revisiones, y lo peor, que no existen críticos literarios (y de eso carece este país: de críticos, tanto a nivel literario como musical, de arte, etc.).
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PA: ¿Enlazaría la literatura al sueño, al mito o al testimonio? Conectarlo con sistemas de pensamiento?
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EC: Mito, sueño, testimonio, magia, utopía, inconsciente, experiencias vividas, ciencia, etc., todo lo que el ser humano es, hace, produce, es posible tema de la literatura. La literatura nos describe, nos crea, nos configura como seres humanos. La literatura también es catarsis, tanto para el autor como para el lector. No podemos enlazar, encajar, limitar la literatura a una sola de las múltiples dimensiones humanas.
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PA: ¿Qué pasó con la revista Paìspoesible?
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EC: Paìspoesible fue un hermoso proyecto; en primer lugar, un grupo de personas representantes de diversas áreas (literatura, poesía, arte, danza, etc.) conjuntados para el desarrollo de actividades culturales, incluyendo la publicación de la Revista Paìspoesible, cuyo único número resultó en un ejemplar digno de elogios; incluso se tenía preparado el material, fotografías de autores, etc. para el segundo número; sin embargo, el mal manejo administrativo, la falta de transparencia, y posteriormente diferencias ideológicas )yo diría que también diferencias personales) imposibilitaron la continuidad de la existencia del grupo. Para mí, en particular, fue una experiencia sumamente decepcionante que en el ámbito cultural se presentaran circunstancias tan poco agradables.
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PA: ¿Existen derechos culturales en Honduras?
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EC: Si analizamos el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, veremos que en nuestro país a duras penas se cumple con el derecho de toda persona a la educación, a la obligatoriedad y gratuidad de la enseñanza primaria, etc., menos el derecho a participar en la vida cultural, en los beneficios del progreso científico y sus aplicaciones, etc.; falta tanto para el cumplimiento de los derechos culturales en Honduras que, perdone por mi pesimismo, pasarán varias generaciones para verlos realizarse.
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PA: ¿Cree que el arte es infalible?
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EC: Ni la ciencia ni la filosofía ni el arte son infalibles. Las “verdades”, los “mensajes” o “significados” de la obra artística son relativos, sujetos a múltiples interpretaciones, a una hermenéutica histórica y cultural cada vez más cambiante.
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PA: ¿Cómo define el arte contemporáneo?
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EC: La definición de arte contemporáneo es muy compleja porque el término incluye una gran diversidad de expresiones artísticas (performance, happening, fotografía digital, video, escultura, arte objeto, arte sonoro, etc.) Probablemente una característica del arte contemporáneo es la expansión perceptiva que conlleva, como expresa Robert Irwin, una “intensificación de nuestra conciencia tanto de nosotros mismos como del mundo”. A la vez, una respuesta provisional implica dimensiones epistemológicas, institucionales, etc., y, sobretodo, contestar a algo tan simple cuando observamos una obra de arte contemporáneo: ¿por qué eso es arte? Responder a esta pregunta es escribir un ensayo.
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PA: ¿Marcará huella el arte contemporáneo o en el futuro será una artesanía de principios de siglo?
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EC: Posiblemente no todo lo que contiene, lo que hoy denominamos arte contemporáneo sea históricamente valorizado. Pero no tengo la menor dudad de que hay obras y artistas que marcarán un hito en la historia del arte.
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PA: ¿Por qué el arte que hoy se genera en Honduras a veces no responde claramente a la necesidad de ordenar y conceptuar los hechos políticos/históricos, sino… capitalizar?
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EC: Ningún artista tiene la obligación de crear obras artísticas que “expresen”, “signifiquen” hechos políticos-históricos porque eso coarta la libertad de creación. Si el artista, por voluntad propia, construye obras con claro mensaje social, con un sentido político definido, etc., está en su derecho. En nuestro país, últimamente, muchos artistas, poetas, etc., se han involucrado completamente en actividades políticas sin que necesariamente su obra posea un matiz político.
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PA: ¿Porqué muchos responsables del arte en Honduras, aunque no sepan qué es, ponen la palabra dialéctica entre comillas?
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EC: Sencillamente por la ignorancia, por el desconocimiento del concepto; si para los mismos estudiantes de la carrera de filosofía en nuestro país les es difícil explicarla, no digamos para personas de otras áreas del conocimiento. Eso solo refleja el poco nivel teórico de nuestro sistema universitario y la afección de gente involucrada en el mundo artístico por utilizar conceptos que les parecen “bonitos” o “intelectuales” para elaborar sus discursos.
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PA: ¿Un libro que recuerde por su decisiva importancia para el espíritu?
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EC: A nivel filosófico el Tractatus lógico-philosophicus de Wittgenstein, por el énfasis en el lenguajes; a nivel literario, El Mundo de la Rosa de Eco, por la bibliofilia.
¿Qué opina de la literatura nacional, la consume?
La literatura hondureña produce cada año múltiples obras, se adquiere únicamente lo que se considera atrayente y me ha impresionado la obra de Heriberto Martínez, lo que considero la primera novela hondureña ambientada en la Mosquitia y que casi nadie conoce (solo se imprimieron 50 ejemplares), se llama la “Sirena perdida sin arte”, algo naif, pero muy bien contextualizada y que tal vez solo los pocos hondureños que hemos estado en esa zona geográfica (sin haber nacido allí) puedan comprender toda su riqueza. Ojalá pronto se publique los inéditos que dejó Roberto Castillo. En realidad no consumo mucho la literatura nacional.

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