lunes, 17 de mayo de 2010

Entrevista con el poeta y narrador hondureño Felipe Rivera Burgos (Tela, Atlántida, 1968)


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Obra:

"Para callar los perros" (2004 -sin editorial-); "Ese verde esplendor" (Levemente odiosos editores -2006-). Además es miembro de la Academia Hondureña De La Lengua.
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1- ¿La escritura es libre o tira y encoge según el momento político y social?, pese a que temas como el amor o la melancolía muchas veces están exentos de un instante sociopolítico. Explique.

R- Hubiese sido fácil para mí responder esta pregunta hace unos años, cuando creía que la libertad del escritor estaba por encima de las circunstancias. No lo creo tanto ahora, quizá porque estoy viejo y cansado y la libertad siempre es un asunto vigoroso. En realidad, creo que el escritor va cediendo espacios de su libertad para asumir un rol más responsable, como ente moral y social. No puede evadir su cuota de compromiso con la realidad que le toca vivir. Esta tarea sólo vuelve más complicado el acto de crear, porque aquello que te afecta directamente es difícil de manipular. De hecho, aquellos intentos de volver literatura aspectos de la historia nacional han resultado ser las peores obras.
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2- ¿Dónde se siente más cómodo, en la poesía o en la narrativa?

R- En ninguno. Ambas son tareas difíciles. Me siento más relajado en el ensayo. Para mí es importante “comunicar” en la obra de arte, y a veces creo que en la poesía y en la narrativa no lo logro del todo; de ahí que en el ensayo obtenga más claridad para darme a entender.
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3- Según sé, la literatura para usted no es un oficio; entonces, ¿es un escape, un estilo de vida?, ¿qué es?

R- Puede sonar pretencioso pero para mí la literatura quizá sea la vida misma; no puedo considerarla una parte de mí, algo que se hace para ganar dinero o para matar el aburrimiento; es todo lo que existe. De hecho, la literatura tiene poco que ver con la escritura; está más cerca de la lectura, de la memoria de los libros, de los viajes y de conocer nuevas personas (nuevos personajes), de los puntos en que la realidad se conecta con las ideas, de las resonancias que existe entre las artes, en la pintura y el cine, en la fotografía y la música. Existe el momento en que una película termina con una persona bajo la lluvia, y al salir del cine está lloviendo. O para el caso, cuando comencé a dar clases en un colegio conocí a un supervisor que era la imagen exacta de un personaje de D H Lawrence. La literatura abarca todo.
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4- En su cuento “Huesos para Lulú, dos puntos y seguido y un punto y final encierran muchas aposiciones y vocativos, lo cual me obliga a preguntarle sobre la apreciación estilística en su libro “Para callar los perros”: ¿la coma es su placer o advierte una estructura verbal caprichosa, o una disposición conducente a lograr una correcta interpretación? Explique.

R- En este libro me interesaba explorar varios aspectos de la creación literaria. Uno de ellos (y el principal, para mí) era la creación de ambientes, no de historias. No me importó mucho la lógica de los personajes ni la verosimilitud de las historias, sólo la creación de atmósferas narrativas. Uno de estos ejercicios me llevó a trabajar la fluidez de la conciencia, lo que intento desarrollar en Huesos para Lulú y en El día concluido, donde quise reflejar el estado original en que el pensamiento se convierte en una suerte de lenguaje primario, poco sofisticado pero muy lógico; es decir, sin el condicionamiento de las reglas de redacción ni de gramática. Es el primer vaciado, la primera articulación entre el pensamiento y el lenguaje; la idea de crear una sensación de locura a raíz de una separación (o viceversa). Pero siento un respeto profundo por estructuras de comunicación más elaboradas, y bueno, como muchos vieron en este texto una muestra de torpeza en el manejo del lenguaje (no quiero pensar lo que pensarían de Flores para Algernon), mi nuevo libro de relatos es menos experimental y privilegia más cierto preciosismo, creo.
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5- ¿Por qué a veces la literatura en Honduras suele poseer un carácter pedagógico?

R- Porque el destino natural de nuestros libros son las aulas de clases, donde se venden como lecturas obligadas. No tenemos lectores, y sobre este fenómeno hay mucho que explorar. Muchos poetas y escritores piensan que sus lectores surgirán de algún parto divino o de laboratorio; consideran que no es trabajo del artista fabricar o educar a sus lectores, de ahí que muchos autores sean irresponsables con sus trabajos, porque no se deben a ningún lector y carecemos de críticos. Aquí es donde creo que se conecta la libertad del artista con el deber, esa cuota de sudor para ayudar a formar el lector que hace falta.
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6- ¿Qué piensa acerca de los círculos literarios en nuestro país?

R- Hay mucha informalidad en estos espacios. No he estado en ninguno, pero he conversado con muchos que han asistido y formado parte de estos grupos, y siento que no existe la formación ni la discusión adecuada en estos espacios. Mucho de esto sucede porque los que integran estos grupos son personas sin educación superior o tienen profesiones ajenas a las humanidades; además de carecer de compromisos profundos con la literatura, con la lectura misma. Por otro lado, existe una marcada apatía de las figuras de nuestro parnaso local para dirigir estos procesos formativos.
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7- ¿Es Honduras un semillero literario o el resto de Centro América nos supera por mucho? Explique.

R- Ya deberíamos dejar de hablar por separado de la región. Nuestra realidad es la misma. Lo que nos pasa aquí, puede estar seguro que pasa en el resto de Centroamérica. Y Centroamérica no tiene ningún semillero artístico de nada. No digo que no haya publicaciones, pero la calidad es siempre deplorable en todos los países de la región.
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8- Es la poesía hondureña exportable o solamente de consumo interno (no nos referimos al libro que el poeta le regala a su primo en EE UU o Europa).

R- Sigue siendo de consumo interno. Y a veces ni siquiera es de consumo.
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9- ¿Existe una diferencia entre el mundo literario de SPS y el de Tegucigalpa? Explique.

R- Sí, claro. En Tegucigalpa el joven artista siente que hay muchas personas e instituciones que lo apoyan. Tarde o temprano la dura realidad se abate sobre él y se entera de qué tan solo se encuentra. En San Pedro Sula de entrada te hacen saber que estás solo. Eso hace la diferencia.
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10- ¿Hay mayor producción de literatura en el norte?, ¿a qué se deberá?

R- Se debe a que hay más acceso a dinero para pagarse las publicaciones.
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11- ¿Cuál es la labor de la Academia Hondureña de la Lengua, además de aportar hondureñismos, etc.?
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R- La de esta Academia, nada más. Pero hay que ver lo que hacen otras Academias de América Latina, la de México, Argentina, Colombia, por ejemplo. En estos países existe un presupuesto para esta institución, cosa que en Honduras se reduce a dos mil lempiras mensuales. Nuestra Academia debería tener una permanente edición de libros de literatura, ensayos, documentos, etc., que aporten y enriquezcan nuestro conocimiento, pero lamentablemente no hay fondos.
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12- Usted ha trabajado en proyectos de educación socio-constructivista, ¿qué impedirá que este método se aplique formalmente al currículo nacional básico y no a cuenta gotas como se ha venido haciendo?
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R- Creo que existe una masa laboral docente con escasa formación inicial y los procesos de capacitación y de formación superior son débiles. El método constructivista se les enseña en jornadas de trabajo bajo el método conferencista. Y luego los expertos esperan que el maestro vaya y aplique lo que ellos jamás han aplicado.
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13- Shakespeare fue político en su obra, ¿usted lo sería?

R- No entiendo. Shakespeare fue el más grande genio de su tiempo y también un malnacido aprovechado. Su obra tuvo que ser política porque toda gran obra lo es. A eso aspiramos, a tener una obra que también ofrezca una lectura política y a ser lo suficientemente aprovechados.
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14- ¿Cuéntenos un poco sobre su proyecto de revista cultural?

R- Estoy reiniciando su publicación en junio. Tuve que hacer ajustes y concentrarme en pequeños aportantes; es decir, hacer que a las instituciones les duela menos el dinero para la cultura.
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15- ¿Qué proyecto literario tiene en puerta? ¿Podría adelantarnos algo?
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R- Se trata de un libro de fábulas o de relatos que parecen fábulas. Trato de prestar atención a las normas de la escritura y a la claridad, para satisfacer a los críticos iniciales.
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16- ¿Autores universales de los cuales guste...?

R- ¿De qué época? No me gusta la Edad Media ni el siglo de oro español, que es casi lo mismo. Ni me gusta el neoclasicismo americano, que también es casi lo mismo. De ahí, creo que me gustan todos.
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17- ¿Autores nacionales…?

R- Ciertos trabajos. No hay un autor nacional que haya redondeado una obra completa antologable.

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